Está gastado el debate respecto a si provenimos de una Creación intencional Divina o de un proceso evolutivo a partir de una especie inferior y con características más básicas.
Ambas versiones tienen sus moderadores; o sea, la versión divina lo tiene al Demonio; la versión evolutiva la tiene a la Barbarie.
En ambos casos el Orden se otorga ha si mismo la autoridad para imponerse sobre el mal o la barbarie.
A pesar del trabajo increíblemente arduo que se impuso el Orden para Homogeneizar, de hecho no lo ha logrado y sigue muy lejos de poder hacerlo.
Hay algo, nuestro cerebro, que anhela la Libertad, que considera a la libertad el mayor bien, y se resiste al control.
No sabemos si esa pulsión hacia la libertad es divina, producto de una superación evolutiva, o un remanente de nuestra primitiva libertad animal. No importa, está allí, pugnando siempre y sin importarle el costo.
No es cierto Nisman?
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