Procedemos en dirección a
destruir nuestro hábitat, con negligencia e indiferencia. La humanidad ha
cometido incontables errores; delitos sociales y colectivos. Aunque siempre
hubo entre nosotros personas más inteligentes y responsables para advertirnos y
ayudarnos, sin embargo todos los que tenían grandes intereses personales
decidieron combatirlos, erradicarlos, silenciarlos o ignorarlos. El resultado
inevitable fueron muchas veces las confrontaciones armadas, consecuencia de la más llana estupidez.
Hay países que están enceguecidos
por el predominio; hay grupos de intereses enceguecidos por prevalecer. No
consiguen concebir una coexistencia mutuamente satisfactoria en base a prudencia,
respeto y moderación. A esos intereses no les interesa aniquilarnos a todos;
sólo reniegan del consejo de corregir su proceder.
Esta conducta es obsesiva.
Ser
obsesivo es bastante común; las personas –a escala individual- suelen
obsesionarse por fumar, por comer, por beber alcohólicos, por drogarse, por poseer a otra
persona, por el éxito, por el reconocimiento, por la fama, por la riqueza, etc…
Bajo el influjo de la obsesión se niegan a frenarse en su camino hacia la
autodestrucción y/o la destrucción del otro.
Y así como las personas a nivel
individual, existen grupos obsesivos, de naturaleza política, militar, religiosa,
deportiva, económica; lo que sea.
Los grupos obsesivos luchan contra
los que pretenden contenerlos, y lo hacen hasta extremos y mediante
procedimientos diabólicos, en lugar de atraer a esos individuos más
inteligentes y más responsables, y dejarse guiar por ellos.
Esos grupos alistan en sus filas a
gente inteligente, ampliamente educada, pero vanidosa; o sea, gente que comparta sus obsesiones.
El ‘avance’ de la humanidad
consistiría en autorrefrenar esas obsesiones en favor de la verdad, la
transparencia y el Bien Común.
Y no será que la obsesión forma parte de la naturaleza humana? Luego la cultura dirige la obsesión. No sé, si no se puede escapar de serlo de algún u otro modo debe ser porque está latente en todos.
ResponderBorrarEl cierto que posiblemente haya que conducir esas obsesiones hacia la verdad y la transparencia. El problema es que habría que plantear cuál es la Verdad, y quién nos dirige hacia ella. Es un tema interesante, lindo como para obsesionarse jejejejej